Entradas

Mostrando las entradas con la etiqueta literatura boliviana

Mis apuntes / retorno de vacaciones

Imagen
Tomé esta foto en el mar del norte. [Probablemente esta sea la entrada del blog con la que menos a gusto me siento y una de las más autoreferenciales. Nunca antes escribí mis intenciones con el blog ni puse cosas personales.] Me tomé unas vacaciones de mis apuntes. Unas largas y descaradas vacaciones. Hace mucho que no me desconectaba por tanto tiempo y es, lo juro, una sensación muy rara: no estoy acostumbrada a tomar descansos y eso cuesta caro. [Piero tiene razón: de vez en cuando viene bien dormir ] Durante este tiempo, estas semanas de ausencia, me estuve preguntando qué es lo que estoy haciendo en este espacio. En este blog no he pretendido escribir reseñas, sino proponer otras lecturas, trenzar ideas, especular a rienda suelta y dejar que el eco muestre el perfil de una geografía interior. Pero igual me pregunto para qué o quién escribo. ¿Estos mis apuntes son para alguien, para comunicarme con alguien al otro lado de la pantalla o solo escribo para mí y mis deseos? No

Llave

Imagen
En casa de mis padres había un viejo baúl verde. El baúl acompañó a mi padre de ida, vuelta y retorno en cada viaje que hizo; ida, vuelta y retorno de un lado del mundo al otro, creciendo la familia. Y abrir el baúl era hacer el mismo viaje, tratando de pisar las huellas de sus pies. Por eso me emocioné cuando me diste una llave. En este baúl de papel hay muchas cosas revueltas: Facturas viejas y cuentas saldadas. Tu traje de morenada. Una caja con billetes de millón de pesos. La rabia y la frustración del exilio. Las fotografías de Cuzco. Libros subrayados de tus autores preferidos. Telares y arados. Los latidos, sístole y diástole, del corazón de tu padre. La historia no pasa en vano. La sangre no corre en vano. Eso me dices en tu libro. Tengo tu baúl conmigo, lo traje conmigo para que hagamos juntos este viaje de ida, vuelta y retorno. "La fiesta imposible" es la compilación de la obra poética de René Antezana Juárez , que incluye su obra produ

Azar

Imagen
Hace poco leí un artículo de un biólogo que decía que si retrocediéramos en el tiempo al momento en que fuimos fecundados y pusiéramos en marcha todo de nuevo después de que un espermatozoide entró en el óvulo, si pusiéramos play a la reproducción celular y al crecimiento de ese ser que fuimos esperando la reconstrucción de nuestra vida, aquella vida que se formaría no sería la nuestra. Aquella persona que crecería, no serías tú. Aquel conjunto de piel, de huesos, neuronas y vísceras tendría otra conciencia, otra historia, otra visión del mundo. En una reconstrucción de tu vida, tú no serías tú, no podrías ser tú, nunca se repetirá un tú. La razón es simple: por un lado, nuestro código genético no codifica todo: solo dice "háganse las células", pero no predefine cómo se organizará cada tejido, qué forma tendrá cada neurona, dónde nacerá cada cabello. Por otro lado, hay una fuerza oscura, invisible y que determina nuestras vidas que actúa al mismo tiempo. Una fuerza poder

La vida de los peces

Imagen
A una velocidad constante de 299 millones 792 mil 458 metros por segundo viaja la luz en el vacío. Mitad onda, mitad partícula, no es brillo sino distancia. "te conviertes en sombra que se expande   en leyenda que se desvanece  bajo el cielo plomizo de junio" Y he aquí que viaja miles de millas hasta llegar a la tierra y capa por capa, cruza la atmósfera, choca con el agua, y cambia de dirección: miles de millas de distancia para refractarse, para dejar una imagen fragmentada y distorsionada de la realidad. "pretendemos capturar el mundo   desde nuestra memoria   cual desgastada polaroid" En contacto con el aire y con el agua la luz cambia de temperatura, de ángulo, de cualidades. Y es aquí que se producen espejismos, reflejos de la nada, cuerpos inexistentes sobre arena caliente. "En tus hombros no se edificó ninguna iglesia" ¿Qué queda después de la dispersión de la luz? ¿Cómo saber si el lápiz está o no roto? ¿Qué sucede con

Familia (2): Toma y daca

Imagen
En teoría de juegos se ha estudiado mucho el toma y daca , ya que se trata del modelo más eficiente para generar una asociación entre pares que sea constructiva. Se trata de un juego de turnos donde, curiosamente, gana quien primero da confianza. Jugársela por el otro, incluso por un desconocido, y luego esperar su respuesta es el mejor modo de salir ganando. Después, uno debe ser capaz de hacer un paso atrás y esperar la reacción del otro, y solo dar lo que se recibe. Si te dan palos, dar palos. Si te dan confianza, devolver confianza. Se establecen las reglas que luego sirven para toda la vida. "En el principio, fue el altruismo". Ya conocemos la teoría: tú me das, yo te doy; hoy por ti, mañana por mí. Cuántas veces en la escuela nos hicieron repetir eso de que "es un gran valor la reciprocidad" o que "respetos guardan respetos". Pero en casa, detrás de los muros, las cosas son diferentes. Todo comienza y termina en familia. Es el lugar donde se

Familia (1): Nido de pájaros

Imagen
"Daría mi vida por dos hermanos  o por ocho primos"  (J.B.S. Haldane) Hay una idea muy popular que equipara la selección natural con la victoria del más fuerte. Es, por supuesto, una idea equivocada: la selección natural no se trata de fuerza, sino de sexo y reproducción. Se trata de la herencia de rasgos sutiles, en combinaciones únicas pero con origen compartido, que se acumulan en las generaciones para hacer que cada especie se diferencie. Y esto es importante: la evolución no es un fenómeno personal o individual, sino colectivo, acumulativo y familiar. Por eso uno de los mecanismos más importantes es el de la selección de parentesco.  Mientras que en la visión de la selección natural clásica se piensa que se conservará una característica que haga que un individuo esté más adecuado para sobrevivir en un entorno determinado, en la selección por parentesco se resalta que a veces un rasgo puede ser poco adecuado para que un individuo sobreviva, pero muy adecu

Collage: hilos del diván

Imagen
Está mal visto callar. La poesía es tacto y orificio, estallido brutal, lluvia quejumbrosa; lo demás es ruido y desfile, hilachas del diván, insinuación de las escrituras. Los precipicios no dejan de buscarme, las tumbas me lanzan su mueca más adusta; No es hora del tiempo más amargo, un rencor de briznas. ¡Qué tenaces los recuerdos! Fragmentos tomados del poemario  Pasaje al diván , de Pablo Carbone , publicado por la editorial 3600 .

La casa de C

Imagen
Esta casa no es una casa. Es una pausa, una coma entre dos jardines. Es una casa flotante, volcada hacia el mundo. Por esa su mirada hacia el horizonte uno siempre siente saudade . Es una casa saudosa . La casa de C tiene olor a tierra. A raíces de árboles centenarios. A perdones no cedidos. Se respira una mirada triste. La casa de C es una casa sensual. La vista se escapa con los colibríes. Su piel está adornada con caparazones. Huele a memoria, a espera y viajes. Hay un rumor continuo a playa, a malecón en medio de las montañas. La casa de C tiene una frontera de eucaliptos que resuenan a cantos de libertad. Una frontera que no lo es. El mayor límite que tiene es el centro, el corazón de papel que reina en la casa. Es un castillo de aire, de viento de agosto, de ciruelos de enero y de sillones de mimbre. Voy con poca frecuencia. Entro de puntillas a esta casa. Es necesario entrar con solemnidad, hay que tener cuidado de que no se caigan las barajas invisibles que sostienen el

Caracoles

Imagen
El agua refulgía bajo el sol. Mis hermanas y yo nos bañábamos en la piscina inflable que mis padres pusieron en el pequeño patio cementado del condominio donde vivíamos. Cerca de nosotras estaba el jardín con las huertas familiares, y más allá estaba la lavandería. Era una tarde de verano, un domingo de julio, en 1982. Hacía tanto calor que la señora del último piso había puesto sandías a remojar en la lavandería para que se mantuvieran frescas, que podían descomponerse por tanto calor. En medio de las plantas y huertas de los vecinos había un gran frasco lleno de caracoles. La señora del último piso, una mujer que hablaba en un dialecto véneto cerrado y que nos gruñía todo el tiempo, guardaba en el frasco los caracoles para que no dañaran sus plantas y para comérselos. Nosotras, que habíamos llegado poco antes a ese país, no podíamos creer que alguien se comiera caracoles, así que aprovechamos que no había nadie cerca para sacarlos de los frascos y liberarlos en las huertas. Y

La Nave del Olvido

Imagen
Richard era entonces el más guapo de los choferes de la línea D. Estaba detrás del volante de La Nave del Olvido IV. Moreno, con el cabello rizado, musculoso, era un perfecto chamagalán. Su micro pasaba siempre a las siete de la mañana. Era el que recogía a todos los estudiantes que íbamos al colegio. Richard dejaba subir gratis a las quinceañeras. Si tenías una minifalda o un escote pronunciado, te daba cambio de más. A ambos lados del volante tenía unas agendas pegadas en el parabrisas, llenas de anotaciones de números de teléfonos. La decoración era algo espectacular: tenía unos ocho espejos retrovisores, en diferentes alturas, en los que podía siempre mirarse y mirar a las pasajeras. Esperaba a que se estableciera un mínimo contacto visual, y en el espejo te decía “para vos mamacita” y ponía una pieza especial en su reproductor. En general, Ricky Martin o Luis Miguel, aunque a veces podía tocar una cumbia sobre amores prohibidos. No he conocido otro micro con tantos peluches. A los

Cumpleaños

Imagen
Me dijo que me amaba. Que solo pensaba en mí, de día y de noche, que soñaba con tenerme a su lado. Que, igual que el Quijote, dedicaba todas sus obras al gran amor, su querida Dulcinea, yo. Me dijo que algún día estaríamos juntos para siempre. Que lo nuestro era secreto, pero que algún momento se lo diría a todos. Eso sí, me amaba. Recuerdo sus manos. Recuerdo cómo me tocaba. Yo sentía un escalofrío, indefinible, entre el terror y la curiosidad. Él trataba de calmarme, susurrándome cosas incomprensibles al oído. Me visitaba varias veces por semana, y salíamos a escondidas de mis padres a pasear. Ellos, ingenuos, no sabían lo que hacíamos a escondidas. Recuerdo esa llamada. Avisaba de su matrimonio. Me encerré en el baño a llorar, sin poder calmarme, sin poder decirle a nadie lo que me sucedía. Recuerdo que fue a mi cumpleaños siguiente, con su nueva esposa. Mirarlo me hacía sentir vulnerable y sucia. Me trajo un regalo, una cajita musical hermosa, con una estampa de gatos -yo sie

Caja de fotos

Imagen
La fotografía está borrosa, pero todavía se ve un grupo de cuerpos (o lo que queda de ellos) momificados por el calor. Es imposible reconocer los rostros de esos hombres. Están cubiertos con unas telas. Hay una cara que parece mirar al fotógrafo, pero sus rasgos son más cercanos a los de un maniquí. —¿Es él? —pregunta mi abuela —No, creo que no. Sus cejas… sus labios parecen distintos. —¿Y en esta? Un grupo de soldados posan mostrando armas. En la parte de atrás se lee “Arsenal capturado a los bolivianos”. Son tan pocas armas... Hay cinco o seis fusiles como mucho. —Tampoco en esta. —Sigue buscando, sigue buscando. Debe estar en una de estas. Me dijeron que está acá. Saco otra foto de la caja. Solo se ve la calavera. El uniforme cubre el resto de huesos. Sus manos desaparecieron, su piel, su todo. Queda un despojo, un montoncito de algo que asemeja un cuerpo. A un lado, en el piso, está su sombrero. ¿Cómo saber si se trata de mi tío Samuel? —Creo que en esta tampoco

Lo que se esconde en las cajas: entrevista a Isabel Suárez

Imagen
Las cajas de zapatos suelen amontonarse en los cuartos con cachivaches que sirven para... ¿para qué sirven? Hay quien solo conserva apiladas sus cosas, quien guarda material de trabajo, quien usa las cajas para hacer casitas de muñecas. Isabel Suárez usa sus cajas como puertas a historias inesperadas. Son historias breves y condensadas que sorprenden por su equilibrio y visión. Por eso es que la buscamos para poder hacerle algunas preguntas en la serie de entrevistas a autores jóvenes bolivianos que tienes que conocer. Aquí, lectores, les presento a Isabel Suárez. En tu blog señalas que iniciaste la escritura a los quince años. ¿Hubo algún evento detonador que te llevó a esta exploración? La verdad es que sí y ahora contarlo resulta un poco vergonzoso porque estaba muy lejos de ser la escritora con la que soñaría unos meses después. Todo empezó en el colegio. Tengo una amiga, Fátima, con la que solíamos hablar mucho de chicos y típicas cosas de adolescentes, pero a nosotras

El viaje: sobre Ulises de Dante y Orellana de Aguirre Lavayén

Imagen
Este es el asunto: vinimos de viaje a Samaipata por el camino antiguo a Santa Cruz. El viaje es largo, intenso, casi azaroso. Los tramos entre un pueblo y otro no son nada breves y se puede pasar horas enteras sin ver rastro de los humanos, excepto el camino –que no carretera, que hay grandes partes sin asfaltar o que parecen meras sendas por las que recorre el bus con dificultad. Los paisajes son, si hace falta decirlo, espectaculares. Entre montañas áridas, montes llenos de vegetación, zonas donde hay niebla permanente y valles cultivados. El bus se detiene con mucha frecuencia para recoger y dejar personas, sobre todo mujeres comerciantes. Se llena todo espacio disponible con bultos, bolsas, cajas. Cada vez que hacemos este viaje llevamos algunos libros para pasar el rato, y René se llevó Más allá del horizonte , de Joaquín Aguirre Lavayén. Hace poco lo convencí de que lo leyera, que le diera una oportunidad. Es un extraordinario libro, quizás la mejor novela boliviana de aventura

Dar la espalda al lector

Imagen
Para quienes somos lectores, la escritura parece algo sencillo: basta contar una historia, una buena historia, y ya. Cuando se está del otro lado, del que está queriendo construir una narración, la cosa es mucho más complicada. Hay muchas maneras de que todo salga mal y al final no se logre transmitir en la narración lo que se desea contar. Incluso autores que tienen mucha experiencia, una gran calidad de trabajo y muchas horas de esfuerzo, pueden cometer algunos errores en la narración que puedan tener un costo al final y no funcionar. El riesgo está en contar algo de un modo tal que no haya una justificación en la trama y que rompa con la burbuja del mundo de ficción creado por el autor. Un ejemplo de esto lo encontramos en el cuento “La emboscada”, de Rodrigo Urquiola Flores. El cuento está escrito desde la perspectiva de un narrador-testigo, alguien que es parte del mundo del relato y cuenta los hechos desde su punto de vista, que no es el personaje central, sino secundario. Y hast

Reliquias

Imagen
Que trata de la extraña forma en que el padre Antonio hace del cadáver de su amada una reliquia en el Manchay Puytu , de Néstor Taboada Terán En el colegio católico al que iba de niña, el premio por portarse bien y hacer las tareas a tiempo era ir a la pequeña biblioteca de la capilla. Por curiosidad y por morbo me esforzaba por ser la primera de la clase: las vidas de los santos eran lo más cercano que había a los cuentos de hadas. Me sabía de memoria las historias de san Francisco y de san Ignacio, santa Rosa de Lima y la Virgen de Guadalupe. Así que, cuando estuve en Italia, en el Véneto, movida por ese morbo me fui a ver la Pontificia Basílica Menor de san Antonio de Padua. San Antonio es uno de los santos de los que se tiene más registro, sobre todo por sus más de seis mil sermones publicados. Era un predicador muy reconocido, tanto que hasta se presentó frente al papa Gregorio IX, que lo nombró “Arca del Testamento”. Murió en el año 1231. No pasaba de los 36 años. En la b

Fotografías incompletas: entrevista a Roberto Oropeza

Imagen
"Las fotografías están incompletas, no aparece quien esperabas" (Ferro, Roberto Oropeza, 2017) Ferro es un gran libro. Es una larga despedida de aquello que se niega a desaparecer, aunque uno se empeñe en deshacerse de la caja de fotos que se tenían escondidas. Es un trabajo donde se puede sentir latiendo una despedida. Roberto Oropeza, uno de los responsables de la editorial Yerba Mala Cartonera,  ganó el X Concurso de Poesía para Jóvenes 2016 otorgado por la Cámara Departamental del Libro de La Paz, la Fundación Pablo Neruda y el Consulado de Chile con este potente poemario. ¿Cómo fue el proceso de escritura de Ferro ? En cuanto a tiempo, Ferro tuvo una duración de seis años en su gestación, que va desde los primeros bocetos hasta los cientos de transformaciones que sufrió a lo largo de ese lapso de tiempo —incluyendo el título del poemario. El proceso se tornó tortuoso a ratos, porque había temporadas donde no avanzaba un verso o descartaba textos por comple

Sobre “Autorretrato”, de Saúl Montaño, con desvíos zoológicos

Imagen
Mis perras son muy efectivas en esto de cazar ratas. Encontraron el punto preciso donde se encuentra su nido en la caja de acopio de las alcantarillas, cavaron un enorme agujero para esperarlas y cada vez que una pasa por allí la sacan a mordiscos, la hacen volar por los aires y la matan con sus mandíbulas certeras. Los gatos no hacen eso. Más bien parecen anatomistas, científicos o psicópatas, estudiando cómo afecta cada hundida de garra o mordisco en su sistema. Prolongan muchísimo la muerte de la rata. Una vez me quedé en mi habitación llorando mientras escuchaba un ratón chillar por más de dos horas hasta su muerte. Luego mi gata entró por la ventana, orgullosa de su trabajo, con el ratón entre los dientes para dejármelo como regalo en la alfombra bajo la cama, sobre mis pantuflas, no vaya a ser que no lo note, casi con condescendencia por mi inutilidad en las artes de la cacería. Me gusta mirar los animales. Quiero escribir una especie de sociología zoológica, ver sus comport

La historia de Kurt Wörner

Imagen
Kurt Wörner Pfund llegó a Bolivia en 1929 con un contrato de la Casa Junkers para construir aviones, repararlos y enseñar a pilotarlos. Bolivia había recibido poco antes el primer avión de su historia, donación de la colonia alemana: un Junkers con un motor BMW de 185 Hp. Este avión se convertiría en el primero de una flota que cambió la cara de Bolivia. Los primeros vuelos se pensaron para poder unir el oriente del país con servicio de pasajeros y de correos. Se pasó a viajar en tan solo tres horas lo que tomaba unos quince días recorrer por tierra. Además, permitió hacer exploraciones aéreas para diseñar el nuevo camino que uniría a Cochabamba con Santa Cruz y buscar fuentes de agua que pudieran abastecer Cochabamba. Se escogió una laguna encontrada por la cordillera, llamada Misicuni. Wörner trabajó en la Escuela de Mecánica y Pilotos de Aviación, recién creada por el Lloyd Aéreo Boliviano, estableciendo un canon de seguridad y de calidad que serían claves en el desarrollo de la