Fotografías incompletas: entrevista a Roberto Oropeza

"Las fotografías están incompletas,
no aparece quien esperabas"
(Ferro, Roberto Oropeza, 2017)


Ferro es un gran libro. Es una larga despedida de aquello que se niega a desaparecer, aunque uno se empeñe en deshacerse de la caja de fotos que se tenían escondidas. Es un trabajo donde se puede sentir latiendo una despedida. Roberto Oropeza, uno de los responsables de la editorial Yerba Mala Cartonera,  ganó el X Concurso de Poesía para Jóvenes 2016 otorgado por la Cámara Departamental del Libro de La Paz, la Fundación Pablo Neruda y el Consulado de Chile con este potente poemario.


¿Cómo fue el proceso de escritura de Ferro?

En cuanto a tiempo, Ferro tuvo una duración de seis años en su gestación, que va desde los primeros bocetos hasta los cientos de transformaciones que sufrió a lo largo de ese lapso de tiempo —incluyendo el título del poemario. El proceso se tornó tortuoso a ratos, porque había temporadas donde no avanzaba un verso o descartaba textos por completo; pero así es esto: una suerte de taller de carpintería.

¿Cuáles crees que fueron tus principales influencias para el estilo con el que abordas Ferro?

El poemario tuvo varias influencias, pero hablando concretamente tendría que destacar la de la poesía china con Gu Cheng y la chilena con Enrique Lihn. Y sobre todo oír mucha música, que creo tuvo su influencia en el ritmo de los textos. Otro aspecto importante es que utilizo la rescritura como soporte central en varios de mis poemas.

Una de las cosas que me llamaron la atención es el uso del impersonal, una suerte de ausencia de un yo narrativo. ¿Cuál fue la razón de esta elección?

Supongo que hablas del hablante lírico y su ambigüedad presente en varios pasajes de Ferro. En ese aspecto, sentía que el poemario ya tenía una fuerte carga emocional de por sí como para saturarlo hablando en primera persona. Preferí hablar en plural —involucrándonos— o interpelar a un ausente para que los textos tengan un giro de tuerca extra; pese a eso hay textos que van en primera persona y no tratan de esconder nada, hablan sobre mi padre y su muerte desde mi óptica tratando de ser lo más objetivo posible. De lo contrario el poemario hubiera tomado un matiz de oda u homenaje y esa nunca fue la intención central.

¿Cuánto de ficción hay detrás de tu proyecto?

Creo que en una gran medida. La ficción siempre está presente incluso en nuestros recuerdos —sobre todo en ellos— tergiversándolos según la utilidad que busquemos. Nada es real. La ficción me ha permitido desmarcarme de los sucesos acaecidos y retorcerlos o en algunos casos quitarles un pedazo. La deformidad del pasado ha jugado un gran papel en el poemario.

Con este poemario ganaste el premio de Poesía para Jóvenes del 2016. Cuéntanos sobre tu experiencia: ¿ha cambiado de alguna manera tu trabajo, tu forma de encarar la poesía?

No creo, he abordado textos posteriores a Ferro con la misma convicción, la misma búsqueda; quizás lo que sí cambió fue una mayor confianza de moverme por un terreno quebradizo como es el de la poesía. Sin embargo esa confianza y ese tipo de terreno, algún día van a tener un desenlace ya anticipado.

¿Cuál es la ventaja (y desventaja) de la publicación en cartoneras?

Creo que la ventaja reside en sus precios bajos lo cual lo hace accesible a todo bolsillo además de su política de poner en descarga gratuita on line todos sus libros para que de esa forma se democratice la literatura.

¿Cuáles son tus nuevos proyectos editoriales?
A nivel editorial llevar cada vez más lejos a Yerba Mala —editorial de la que formo parte— para este año se tiene planeado un concurso de crónica que será lanzado en las próximas semanas. Y a eso hay que sumarle las dos actividades fuertes de este año: la organización de la segunda versión de la feria de editoriales alternativas “Tinta Quemada” y el quinto año del festival de poesía “Panza de Oro”. Creo que desde ese punto, la Yerba Mala tiene el privilegio de poder escribir sus propias reglas, según sus tiempos y disponibilidades. Algo que no todas las editoriales pueden hacer, lamentablemente.

Foto cortesía de Guillermina Sartor

Se puede descargar el poemario Ferro en este enlace. La editorial Yerba Mala Cartonera libera sus libros y los pone a disposición de todos. Puedes revisar su catálogo aquí

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