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Mostrando las entradas de julio, 2019

Minotauro

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En Verona hay una librería de viejo llamada "Minotauro" que cumple a cabalidad con todas las espectativas que se puede tener de una librería de viejo que se llame "Minotauro".  En la planta baja hay un café y memorabilia con motivos cursis, ya que está a pocos pasos de la casa de Julieta. Pero un poco más al fondo, oculto, lejos de los recuerdos con lentejuelas y de los turistas con bastones de selfies, hay una pared llena de viejos vinilos de jazz y rock setentero, y luego algunos libros usados y cómics viejos.  Solo cuando los ojos se acostumbran a la penumbra se revela una escalera, que estaba ahí esperando ser descubierta, escondida entre los libros. Hay que subir con cuidado porque cada escalón tiene la mitad de su superficie cubierta con libros usados, todo es inestable, sobre todo las torres de novelas gráficas y libros de arte.  Y ahí, en el segundo piso, se encuentra primero una salita con literatura rusa, que se abre a la sala de  libros de cienc

La casa de C

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Esta casa no es una casa. Es una pausa, una coma entre dos jardines. Es una casa flotante, volcada hacia el mundo. Por esa su mirada hacia el horizonte uno siempre siente saudade . Es una casa saudosa . La casa de C tiene olor a tierra. A raíces de árboles centenarios. A perdones no cedidos. Se respira una mirada triste. La casa de C es una casa sensual. La vista se escapa con los colibríes. Su piel está adornada con caparazones. Huele a memoria, a espera y viajes. Hay un rumor continuo a playa, a malecón en medio de las montañas. La casa de C tiene una frontera de eucaliptos que resuenan a cantos de libertad. Una frontera que no lo es. El mayor límite que tiene es el centro, el corazón de papel que reina en la casa. Es un castillo de aire, de viento de agosto, de ciruelos de enero y de sillones de mimbre. Voy con poca frecuencia. Entro de puntillas a esta casa. Es necesario entrar con solemnidad, hay que tener cuidado de que no se caigan las barajas invisibles que sostienen el

Es la historia de un amor (como no hay otro igual)

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Como yo te amo convéncete, convéncete, nadie te amará Píramo y Tisbe eran dos jóvenes babilonios que vivían lado a lado y se amaban con locura, pero sus padres no estaban de acuerdo con ese amor. Para poder comunicarse hicieron una grieta en el muro que separaba sus casas, y por allí se pasaban mensajes, susurrándose frases de ternura y secretos. Un día (una noche) decidieron huir juntos, y quedaron en verse bajo una morera albina, junto a una fuente. Tisbe llegó primero y se encontró con una leona que había ido a beber agua después de una cacería. Huyó hacia un hueco en la roca, pero en la carrera hizo caer su velo. La leona se quedó jugueteando con el velo y lo manchó con sangre. Cuando llegó Píramo encontró el velo ensangrentado de su amada y a la leona. Creyó que la fiera había matado a Tisbe. Ante la idea de vivir sin ella, decidió matarse. Tomó su puñal y se lo clavó en el vientre. Más tarde, la joven salió de su escondite con cuidado y encontró a su amado Píramo con el puña