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Sobre “Eisejuaz”, de Sara Gallardo: Sacrificio

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Acabo de terminar de leer la novela “Eisejuaz”, de Sara Gallardo. No sé si es necesario decir lo maravillosa que es. Hay, sin embargo, algo central (y lateral a la vez) que me pica. El enfrentarse a lo infinito-incomprensible-complejo-trascendente, a la conciencia, conmueve -y por eso la religión es algo endémico en nuestra especie. Estamos (somos) vulnerables frente a lo infinito. En nombre de esa vulnerabilidad buscamos un contacto con lo divino, asegurarnos que podremos vivir un día más, y por eso los rituales de sacrificio son también -ejém- algo endémico en nuestra especie. El sacrificio ( sacrum facere , cumplir un acto sagrado) en casi todas las culturas ha consistido en ofrecer algo al dios, haciéndolo así sagrado, con-sagrándolo, para lograr una relación de confianza y familiaridad con la divinidad. El sacrificio es el acto pero es también la ofrenda. Aquello ofrecido suele ser un animal o un ser vivo, que no se convierte en sacrificio sino hasta pasar por una transformación,

Familias infelices

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—¡Qué linda niña! ¿Quién es?  — me preguntaba todos los días mi abuela. —Es mi hija. —¿A qué hora te vas, hijita?  — me preguntaba todos los días mi abuela. —Se me hizo tarde y ya no alcanzo al bus, ¿me puedo quedar a dormir?  Llevaba ya un año viviendo con ella. Mi abuela ya estaba en la “fase paranoica” del alzheimer. Es una de las etapas más complicadas: las personas enfermas se pueden volver muy agresivas como mecanismo de defensa en un entorno que no logran comprender.  Hay algo fascinante en la vejez. Fascinante y triste. Cuando niños, todos los adultos son viejos; pero otra cosa (y eso se aprende con los años) es la decrepitud. No me refiero solamente a que el cuerpo se dañe. La mente es un lugar extraño. La normalidad es cosa de estadística, no de dirección postal. Desde fuera todas las casas son casas, pero también son la entrada a mentes ajenas, a historias de pequeños logros y grandes derrotas. Hace poco la editorial Nuevo Milenio publicó la edición para Bolivia