Familia (2): Toma y daca



En teoría de juegos se ha estudiado mucho el toma y daca, ya que se trata del modelo más eficiente para generar una asociación entre pares que sea constructiva. Se trata de un juego de turnos donde, curiosamente, gana quien primero da confianza. Jugársela por el otro, incluso por un desconocido, y luego esperar su respuesta es el mejor modo de salir ganando. Después, uno debe ser capaz de hacer un paso atrás y esperar la reacción del otro, y solo dar lo que se recibe. Si te dan palos, dar palos. Si te dan confianza, devolver confianza. Se establecen las reglas que luego sirven para toda la vida. "En el principio, fue el altruismo".

Ya conocemos la teoría: tú me das, yo te doy; hoy por ti, mañana por mí. Cuántas veces en la escuela nos hicieron repetir eso de que "es un gran valor la reciprocidad" o que "respetos guardan respetos". Pero en casa, detrás de los muros, las cosas son diferentes.

Todo comienza y termina en familia. Es el lugar donde se debe aprender este toma y daca de hacer por el otro lo que uno espera para sí: "Algunas veces los hijos crecen más que los padres y terminan por cuidarlos. Las responsabilidades se trastocan. Los que cuidaron, ahora son cuidados. No se trata de quién es más sabio ni quién es mejor, esas son solo apariencias. Todo parece indicar que será un ajuste de cuentas".

Eso es el ideal, pero hay miles de modos en que puede salir mal. Hay veces en que damos, damos de forma desmedida a cambio de migajas por el miedo al hambre: "Al principio fue el paraíso, me dio seguridad, certeza, y amor. No puedo negarlo porque eran todas las cosas que yo más necesitaba en ese momento. No podía estar sola por más tiempo. [...] No podía creer que de nuevo había equivocado el camino, y que estaba a punto de confundir amor con dependencia. Resolví hacerlo por mí. Trabajar más y tener mi propio dinero. Pero el dinero empezó a desaparecer. Él se lo gastaba. Lo sacaba de mi bolsa y lo gastaba en él". 

Otras veces porque lo que exigimos es inalcanzable para la otra persona, y su negativa sirve solo de abono para el rencor: Ya es suficiente con todo lo que me está pasando como para soportar a alguien como tú. No eres nadie en mi vida, en verdad son solo ramas familiares que espero que se caigan algún día y ni tú ni yo tengamos nada que ver.

A veces lo que sucede es que la separación hace que sea difícil recordar de quién es el turno para dar el siguiente paso: "No es tan fácil sobrellevar las reuniones familiares. Al menos no después de tantos años en que nos hemos visto en fiestas, cumpleaños y navidades y no hemos compartido realmente nada". 

Pero hay más: ¿qué pasa si el otro tiene cara deforme, tiene poco que dar, tiene pasado de monstruo, tiene algo oscuro, algo malo, algo cruel? ¿Qué pasa cuando el otro da miedo o asco? ¿Es posible la cooperación? Quizás sea importante recordar que queda siempre una opción cuando no hay el toma y daca: levantarse de la mesa y abandonar el juego.

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"Familiar", de Christian Jiménez Kanahuaty

"Familiar", de Christian Jiménez Kanahuaty, es, en cierto modo una exploración de estas relaciones en la familia, desde distintas perspectivas, desde distintos miedos y expectativas. Ha sido publicado por la editorial 3600 de La Paz.







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