La peste de Milán

Milán, 1629. 

El Ducado estaba pasando por una grave crisis económica debido a la caída en las exportaciones de textiles, principal fuente de su riqueza, en una crisis política por la avanzada del dominio español y atravesada continuamente por ejércitos debido a la muerte del duque Vincenzo II Gonzaga, del ducado de Mantua; así que, cuando llegaron noticias de que en otras ciudades habían aparecido casos de peste bubónica, nadie le prestó mucha atención.

El gobierno local propuso una serie de medidas de contención a mediados de octubre, que se aprobaron a finales de mes y se comunicaron a mediados de noviembre a las cámaras de representantes. 

Unos días después, el 18 de noviembre, se ordenó una fiesta pública multitudinaria por el nacimiento del nuevo príncipe. Oh sorpresa, poco después un joven murió con la peste en el Ospedale Maggiore. Solo entonces comienzan a tomarse medidas serias -pero no por ello eficaces. 

Por otra parte, cuando se tomaron las primeras medidas, la gente acusó al gobierno de inventarse la peste para obtener beneficios políticos: ¿qué otro motivo podría haber para tratar de imponer que la gente no saliera a la calle? 

La peste a Milano es el título de un pequeño librito publicado por la editorial italiana Garzanti. En este ejemplar se recogen los capítulos dedicados a describir la llegada de la peste a Milán de la novela histórica Los novios (I promessi sposi en la versión original), de Alessandro Manzoni. El texto es hermoso y terrible: las reacciones de los milaneses del siglo XVII muestran las mismas dudas, los mismos mitos, relatos, reacciones, negaciones y mezquindades que hemos visto en estos días. Miedo a los migrantes que llegan de las zonas afectadas, miedo a los médicos y a la medicina moderna, rechazo a las cuarentenas, invención de curas milagrosas, protestas contra el gobierno, negación de la evidencia, corrupción en medio a la tragedia, reuniones multitudinarias para rezar por un milagro, todo mientras los enfermos aumentaban. 

El costo humano de la paste fue enorme. Se calcula que en los dos años de peste murió la mitad de la población del ducado. Tenemos suerte: el nuevo virus no tiene la mortalidad de la bubónica. 

Ya que estamos aquí, aprovecho. Alessandro Manzoni es considerado uno de los más importantes escritores italianos de todos los tiempos, y con muy buena razón: I promessi sposi sentó las bases de la novela moderna, consolidó la unidad lingüística italiana y fue innovadora también como género: fue la primera novela histórica de ese país. Algunos de sus personajes resultaron icónicos y sus nombres se convirtieron en adjetivos para describir la realidad. En resumen: vale la pena echarle una leída.


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