Un cuento de navidad

Esto pasó en los ochentas.

Habíamos tenido un año duro, y en familia había poco (con) que celebrar.
Padre dijo que nos llevaría a una fábrica de juguetes.
"Podrán tener el juguete de sus sueños", nos dijo.

Nos subimos a su peta roja.
Fuimos hacia el centro, y luego hacia el aeropuerto, y luego fuimos por la montaña. Finalmente, bajamos por un camino lateral y luego regresamos a casa.

Cuando llegamos, en nuestra habitación nos esperaban montones de trozos de madera de diferentes formas, un bote de pegamento y pintura látex.

Recuerdo que esa tarde fui inmensamente feliz.


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