Grietas en el hielo: aquí hay icebergs

(Fotografía de Martin Bailey, que tomé de su sitio: https://martinbaileyphotography.com/)

"Hoy mi madre y yo volveremos a vernos".

Grandes masas de hielo flotan a la deriva después de desprenderse de las zonas polares. Se alejan del glaciar donde nacieron, empujadas por corrientes profundas marinas. Las islas del deshielo se desplazan a zonas templadas por el empuje del agua en movimiento, de las olas que, una tras otra, empujan los bloques inmensos. 

"Cada siete olas se puede confiar en ti. / Y cada siete olas me aloco. / ¿Y qué? Así son las rachas y los nadadores bien que se acostumbran. / En el mar todo es máxima incertidumbre. Yo estoy tranquila con eso. Contigo es otra cosa. Las dos sabemos que es otra cosa".

Los enormes bloques helados solo existen porque el agua sólida es menos densa que la líquida, una propiedad muy peculiar que ningún otro cuerpo físico comparte; y permite que se vea una parte que sobresale, mientras el gran cuerpo permanece sumergido. El resultado es que se forman unos paisajes maravillosos y únicos, frágiles y monumentales, que solo quien osa exponerse al frío puede ver.

"Las venganzas deambulan durante un rato, se quedan hondas, después se olvidan de ser vengadas. Haber hecho todo por mí, al mismo tiempo, no haber hecho nada. Hay sombra y hay luz".

También hay una diferencia de densidad en las corrientes: el agua cercana a estas islas tiene menos sal que el resto del mar, haciendo que se genere un movimiento intenso de arrastre que, en cierto modo, hizo posible que supiéramos de la existencia de los bloques helados. 

"Interpreto estos objetos singulares cayendo sobre mí en paracaídas: existes por mí. Te cuidé. Te quise. Ahora tú: quiéreme, cuídame. Existo".

Cuando están aislados, lejos ya de su origen, se llenan de grietas, se quiebran, se desprenden fragmentos y, a medida que se acerca a zonas más tranquilas y seguras, se derriten, liberando burbujas de aire viejo, que había quedado atrapado dentro del hielo, aire de un mundo que ya no existe, como una exhalación del pasado, hasta que al final solo queda agua dulce que se mezcla con el resto del mar.

"La adultez es una playa artificial que la mente prolonga".

Fragmentos. Cosas que se ocultan. Un pasado que quizás nunca podamos ver. Sal. Exhalación. 

"¿Cómo se devuelve un pájaro a una tienda? La señora Queta pensó en las opciones que tenía: si lo regalaba a otra vecina, si el marido la echaría como su padre al gato que había escalado el árbol familiar, si era verdad que —para sobrevivir— dos debían ser los enjaulados".

Y es que aquí hay icebergs.

‘Aquí hay icebergs’: agua, memoria y violencia, ilustradas ...
("Aquí hay icebergs", libro de Katya Adaui / Portada de Merlina Anunnaki)

Katya Adaui es una narradora, guionista y fotógrafa peruana. Ha publicado ya una novela, tres libros de cuentos, artículos y ensayos en varias antologías, revistas y demás. Espero saber más de ella. Me llegó su libro Aquí hay icebergs gracias a Daniela y Antonio del taller gráfico y editorial La Perra Gráfica, que hacen publicaciones preciosas, como esta, ilustrada con los grabados de Pamela Mercado

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